Y / Agua / Amnesia
Paraguay es el corazón sin memoria de América del Sur. No existe consenso sobre el significado de su nombre, pero lo que se sugieren son los siguientes: “Río que origina un mar”, “Agua de los payaguaes”, “Río que pasa por el mar”, “Río de los moradores del mar”, “Río coronado”.
Cualquiera sea su verdadero significado, es indudable que el agua es el elemento presente en su nombre, y también en su territorio. Según la UNESCO-PHI, su disponibilidad de 60.000 m3/año de agua coloca a Paraguay como unos de los países con mayor riqueza hídrica a nivel mundial.
Entre los acuíferos Guaraní, Patiño e Yrendá; los lagos Ypacaraí e Ypoa; los ríos Pilcomayo, Paraguay, Apa, Paraná y los incontables arroyos y lagunas… ¿Qué hacemos con toda esa agua?
Bueno… básicamente, la contaminamos y la explotamos para el agronegocio y la utilizamos como cloacas de las industrias como mataderos, metalúrgicas, procesadoras de maderas y un largo etcétera.
Amnesia. Desidia. Corrupción. Indiferencia.
Nuestra sombra nos mantiene en piloto automático, repetimos las prácticas corruptas y colonialistas de aquellos españoles que llegaron vía río Paraguay a Asunción, desde Buenos Aires. Por supuesto, en esa época, esos territorios no tenían tales nombres, era el río, la selva y las tribus indígenas que la habitaban.
Para mi, es horrible que a Asunción se le diga “Madre de Ciudades”. Yo la llamaría “Cuna de destrucción”.
La gran pregunta de mi vida es “¿por qué nací en Paraguay?”. Y aunque al universo no le interesan los por qué, he descubierto que mi linaje está relacionado a este territorio y su historia para ser uno de los nodos que moverá la energía para equilibrar la balanza y ayudar a sanar ese cáncer que nos consume: nuestra amnesia.
Ser paraguayo es tener una herida que viene desangrándose hace más de 200 años, olvidando frecuentemente que la misma existe, casi sin saber su causa.
Y sin embargo, Yo soy la Memoria que se recuerda a sí misma.
La activación
Hoy, junto a muchos otros, soy uno de los nodos Éter que sostiene la red de activación del YOSOY, como parte de las tareas planetarias de Matías De Stefano a través de la Fundación Arsayian.
Ya hemos activado el icosaedro, el aire.
Me han dicho: “Llamo a las hijas y los hijos del mar, que duermen en las montañas, soñando.”
Ya hemos activado el dodecadro, el agua.
Me han dicho: “El tiempo perfecto es aquel en el que bailas en armonía con tu ritmo”.
Ya hemos activado el hexaedro, la tierra.
Me han dicho: “Soy la Madre, y puedo ver lo que es, lo que ha sido y lo que será, y Amo incondicionalmente a mi creación: mis hijos y mis hijas.”
Ya hemos activado el tetraedro, el fuego.
Me han dicho: “Recuerda tu cuerpo. Despertar es un proceso, y cuando sientas todas las tensiones por estar en quietud mucho tiempo, mueve tu cuerpo, cuídalo, escúchalo y hónralo. ”
Ya hemos activado el octaedro, el éter.
Me han dicho: “Bailen hijos, bailen. Y si se sienten perdidos y cansados, los arrullaré y les recordaré que somos Amor Incondicional.”
Yo soy creadora y creo que tenemos el poder de cambiar nuestra realidad. Soñemos juntos.