Violencia contemporánea
Existe una forma omnipresente de violencia contemporánea a la que el idealista sucumbe más fácilmente: el activismo y el exceso de trabajo. La prisa y la presión de la vida moderna son una forma, quizás la forma más común, de su violencia innata.
Dejarse llevar por multitud de preocupaciones conflictivas, entregarse a demasiadas exigencias, comprometerse con demasiados proyectos, querer ayudar a todos en todo, es sucumbir a la violencia.
El frenesí de nuestro activismo neutraliza nuestro trabajo por la paz. Destruye nuestra propia capacidad interior de paz. Destruye la fecundidad de nuestro propio trabajo, porque mata la raíz de la sabiduría interior que hace que el trabajo sea fecundo.
Thomas Merton, Conjetures of a Guilty Bystander.
Extraído del podcast de Tara Brach.